Esclerosis múltiple. Definición
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica degenerativa del sistema nervioso, en la que se produce una respuesta anormal del sistema inmune contra determinadas estructuras del sistema nervioso.
La Medicina Convencional desconoce por qué sucede esto. Cree que puede ser por un virus o por un defecto genético, o por ambos. También es probable que influyan diversos factores ambientales.
Hay algunos datos importantes sobre esta enfermedad. Alrededor de los dos tercios de afectados son mujeres y se suele diagnosticar frecuentemente en el rango de edad de 20 a 50 años.
Mundialmente, 2,3 millones de personas están afectadas por la EM y la misma es más frecuente en países con climas fríos. Precisamente, existe un estudio internacional publicado en la revista JAMA Neurology x, que sugiere que a mayor nivel de vitamina D, que se sintetiza en el organismo por la exposición a los rayos de sol, el avance de la enfermedad es menor cuando ha sido recién diagnosticada.
Se dice que la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune porque las propias defensas atacan a la vaina de mielina, que es la cubierta que rodea a las neuronas y las protege. Cuando la mielina se daña, los impulsos nerviosos disminuyen o se detienen. En el momento que la mielina es dañada queda una cicatriz (esclerosis). A veces también se daña la fibra nerviosa.
Debido a que los nervios de cualquier parte del cerebro o la médula espinal pueden acabar dañados, pueden aparecer síntomas de la esclerosis en muchas zonas del cuerpo.
De una forma resumida, podemos decir que los síntomas pueden ser: musculares, como falta de equilibrio y coordinación, entumecimiento o espasmos musculares, problemas para caminar o mover brazos y piernas; intestinales, como alteraciones en el sistema urinario o estreñimiento; oculares, como visión doble o pérdida de visión; síntomas neurológicos, como pérdida de memoria y depresión; síntomas sexuales, como problemas de erección y finalmente síntomas del habla, como un lenguaje difícil de entender o problemas para masticar. La fatiga, además, es un síntoma muy común en la esclerosis múltiple.
Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, manifestarse en distintas combinaciones y pueden ser leves, moderados o severos.
Respecto a los tratamientos que se utilizan actualmente para frenar la EM, suelen consistir en fármacos para aliviar los síntomas como la espasticidad, los problemas de la vejiga, o la depresión, para mejorar el caminar (Ampyra®), la espasticidad en los brazos y la disfunción en la vejiga (Botox®), y la risa y llanto incontrolable (Nuedexta®). Asimismo hay tratamientos modificadores de la enfermedad autorizados por la Administración Federal de Alimentos y Drogas (FDA por sus siglas en inglés) para el tratamiento de la EM. Cinco de ellos €” Avonex®, Betaseron®, Copaxone®, Extavia® y Rebif® €” son inyectables y tres son orales €” Aubagio®, Gilenya™, y Tecfidera™.
Intoxicación y acidificación del organismo
La mayoría de las enfermedades se deben a la acidificación del organismo o su desnutrición. Esta es la postura mantenida por el Dr. Alberto Martí Bosch, miembro del Consejo Asesor de Discovery Salud.
Este doctor realiza la siguiente explicación en la mencionada publicación web:
- Los traumas psico-emocionales se producen porque se somatizan.
- A nivel energético, dado que somos seres electromagnéticos, nos afectan las frecuencias a las que estamos expuestos. El uso excesivo del móvil o la exposición al wifi, por ejemplo, pueden acarrear consecuencias negativas para nuestra salud. En este sentido, es útil recurrir a terapias reequilibradoras del sistema energético, como la Acupuntura.
- Respecto a la intoxicación, cuando el organismo se intoxica es también un organismo acidificado, o sea, con bajo pH
- Y en cuanto a la nutrición, Martí mantiene que a veces comemos mucho pero no tenemos los nutrientes esenciales.
La intoxicación del organismo se produce cuando no eliminamos adecuadamente los residuos tóxicos que generamos. A un nivel celular, el cuerpo humano es una gran pecera con agua salada de mar en la que habitan nuestras células y ese líquido tiene que estar limpio, libre de toxinas y de patógenos, como virus, bacterias, parásitos, metales pesados o sustancias químicas tóxicas.
Martí alude al trabajo de Alfred Pishinger €œThe Matrix and Matrix Regulation€ para explicar el funcionamiento del organismo. Según ello, el pulmón envía oxígeno a las arterias para que alcancen el sistema celular. El tubo digestivo absorbe los alimentos, los lleva a la sangre y por medio de ella llegan al hígado que los procesa y los conduce a través de la sangre al sistema celular. Así es como las células tienen el alimento y el oxígeno que requieren. Pero al llegar el oxígeno a las células también producen óxido de carbono del cual hay que deshacerse finalmente por medio del pulmón. Con respecto a los nutrientes, cuando la célula recibe grasas, genera ácidos grasos, que serán eliminados por el hígado en forma de bilis. Y cuando recibe proteínas, la célula produce ácido úrico como residuo y será eliminado por el riñón en forma de orina. Lógicamente, los restos no nutritivos se excretan como heces por el tubo digestivo.
Este sería en suma el resumen de funcionamiento de nuestro sistema de drenaje. Y siempre es necesario que funcione bien para que el material tóxico no inunde el espacio intersticial, el espacio acuoso que rodea los tejidos. En una palabra, el líquido que está alrededor de las células tiene que estar limpio, ya que si no se vuelve ácido por la acumulación de ácido carbónico, ácidos grasos y ácido úrico.
Si el ataque ácido se dirige contra la mielina de los axones aparecen las llamadas enfermedades desmielinizantes, como es el caso de la esclerosis múltiple, o la ELA.
Se puede decir por tanto que la causa de muchas patologías es una acidosis metabólica
Soluciones para luchar contra la acidificación del propio organismo
El Doctor Martí nos ofrece cuatro formas de supervivencia del organismo ante la acidificación, que, a su vez, producen otras consecuencias:
- Reteniendo líquidos: la célula en este caso se rodea de una burbuja de agua para aislarse de ese entorno intoxicado pero conectada al capilar arterial. La consecuencia será que al arrojar la célula residuos tóxicos al líquido intersticial, se produzca una inflamación y la persona engorde
- Neutralizar los ácidos mediante la conversión en sales. En este caso se producirán osteoporosis y calcificaciones.
- Drenar los ácidos a través de la piel, en cuyo supuesto surgirán problemas como el acné, o la dermatitis
- Mutando, es decir, automultiplicándose rápidamente, lo que sería el cáncer.
Desintoxicando nuestro cuerpo
Todo enfermo debe depurarse y lograr la alcalinización. Esto puede conseguirse así:
- Bebiendo 2 litros de agua diaria
- Hacerse un test de intolerancias alimenticias para eliminar de la dieta los alimentos intolerantes
- Ayuno controlado dependiendo de cada situación personal
- Una dieta depurativa
- Caminar 40 minutos diarios
- Dos o tres hidroterapias de colon
- Baños de agua diarios con sal marina
- Consumo de frutas ecológicas
- Ingesta de plantas drenadoras según los casos
Es importante hacer notar que este proceso de desintoxicación que cada individuo debe realizar tiene que acompañarse un consumo continuado de los nutrientes esenciales
Por otro lado, Biosalud, como centro de referencia internacional en Medicina Biológica, y en concreto el Dr. Mariano Bueno, director médico del mismo, ha expuesto en su último curso sobre la Enfermedad de Lyme, celebrada el mes pasado en Madrid, en el aula de docencia de la Fundación Alborada, que muchos casos de Esclerosis Múltiple en realidad se deben a una enfermedad de Lyme, y que se hace prioritario en todos los casos de Esclerosis Multiple la realización de un Lymecheck para descartarla. El paciente debe ser tratado no con inmunosupresores, sino todo lo contrario, con inmunoestimulantes y antibióticos, al tratarse de una enfermedad crónica que requiere un protocolo de tratamiento individualizado y que puede durar años. También deben despistarse como factores agravantes y favorecedores una posible intoxicación crónica de mercurio y/o plomo y la reactivación de infecciones víricas crónicas como el citomegalovirus, el herpes simplex y el virus de Epstein Barr.